miércoles, 17 de diciembre de 2008

FiCiFi 7: De bombas nucleares y asteroides gigantes.


Hola a todos, y bienvenidos una vez más al maravilloso mundo de la física en la ciencia ficción. Esta vez estamos aquí para hablar de Armageddon, la peli esa del asteroide gigante que viene derechito a por nosotros. La película, todo hay que decirlo, es entretenida. Pasas algo más de dos horas entretenido…y al final todo sale bien. Bueno, más o menos, porque a mi personalmente ver a Bruce Willis alias John McClane sacrificándose por el noviete guaperas y chulito de su hija no me mola…pero en fin.

Pero chorradas a parte, metámonos un poco más de lleno en la física de la película. La solución que se le ocurre al genio de la NASA; que por cierto, es uno de los hombres más inteligentes del planeta según otro de la NASA; es detonar una bomba nuclear en el asteroide y partirlo en dos, para que las mitades pasen de largo la Tierra.

Bien bien bien…aquí hay varios puntos curiosos. Hace “el genio” un simil muy curiosi:

-Si explotas un petardo en la palma de tu mano, solo produce quemaduras…si cierras el puño, tendrán que abrirte los botellines de cerveza el resto de tu vida.





Pues bien, si en vez de una mano es una manzana, después de la explosión, habrá mil trocitos de manzana desperdigados por la habitación. Algo parecido ocurriría con el asteroide…no se partiría en dos, sino en miles de pequeños asteroides. ¡PERO ATENCIÓN! Tengamos una cosa en cuenta. El asteroide de la peli no es un destructor cualquiera como el que acabó con los dinosaurios (de unos 10 Km de radio) sino que tiene el tamaño de Texas. Según la Wikipedia, Texas tiene una superficie de 685622 Km cuadrados, que por analogías ideales coincidirían con un asteroide de 400 Km de radio. ¿Qué supone esto? Pues que tras la explosión vendrían a la Tierra varias decenas de asteroides tipo “mata dinosaurios”. Iba a decir que es una putada, pero es el blog de una asignatura así que me lo callo.


Ahora bien, como el plan lo ideo “el genio” de la NASA, su bomba nuclear seguramente sea inteligente y solo explosione en una dirección. Tendríamos otro problemilla. Su plan consiste en que Willis-AKA-McClain y sus amigos taladren un boquete de 240 metros de profundidad, metan la bomba, se marchen y la detonen. Vale. Yo me pregunto…¿qué son 240 metros de profundidad frente a 400 Km? Pues os lo voy a decir….es el agujero que hacíamos de niños (y no tan niños) en la playa para que se llenase de agua cuando llegaba una ola. Maravilloso.


Pero vamos a ver algo más interesante. Vamos a dar por excelente la idea de “el genio”…que todo lo que dijo estaba bien. ¿Qué potencia necesitaría la bomba nuclear para separar los dos trozos del asteroide antes de que nos revienten? Esto depende de varias cosas…pero si atendemos a la película, en ella hablan de la zona límite o algo así, que viene a ser el punto a partir del cual los trozos no se separan lo suficiente. Está estimado en unas 4 horas. Esto es, deberían separarse en 4 horas como mínimo 12742 Km. Démosle 13000 para redondear, aunque a esta distancia seguramente nos moríamos igual. Vale, 13000 Km en 4 horas. Esto fácilmente se ve como una velocidad de 902 m/s. Veamos cómo de grande es la bomba.

Los datos que tenemos son:

- Velocidad=902 Km/h
- Radio del asteroide=400Km
- Suponemos una densidad media del asteroide de 2*10^3 Kg/m^3.

Podemos entonces calcular la masa del asteroide como el producto de su volumen por su densidad. Así obtenemos una masa de 6*10^20 Kg. Cada una de sus mitades tendrá de masa 3*10^20 Kg.


Tenemos por tanto la masa de cada mitad y la velocidad que queremos otorgarle a cada mitad. Así, sustituyendo en la ecuación, obtenemos una energía de 1.22*10^26 Julios. Así dicho no se si es mucho o poco, pero podemos convertir los Julios a Megatones, quedándonos con 3*10^9 Mt…TRESMIL MILLONES de megatones. Como curiosidad, la bomba atómica más potente ideada llegaba a unos “míseros” 100 megatones. Así que nuestros amigo Steve Buscemi cabalgó a lomos de un auténtico mastodonte atómico.


Ahora bien, teniendo en cuenta que todo el arsenal nuclear se estima en 15000 Megatones, vamos a dejar a nuestros vaqueros con una modesta bomba de 50 Megatones, la mayor detonada en la historia. ¿Con qué nos deja esto? Pues con lo siguiente.
Aplicando la fórmula de la energía cinética, obtendríamos una velocidad de separación de los fragmentos de asteroide de 0.0012 m/s, esto es una birria. Para separarse los 13000 Km de seguridad a esa velocidad, se necesitan nada más y nada menos que 6944 días, que vienen a ser 19 años.
MORALEJA, más investigación en NEO (Near Earth Objects) y menos Armageddon.


No olviden supervitaminarse y mineralizarse.

domingo, 30 de noviembre de 2008

FiCiFi 6: Crossover

Saludos terrícolas. Hace pocos días publiqué la 5ª entrada de FiCiFi, y hoy ya estoy de vuelta. Porque este fin de semana ha sido muy improductivo, me he dedicado a no hacer nada. Pero en un momento de lucidez recordé que el martes comenzaremos con el tema referente a Star Wars, una de mis sagas cinematográficas favoritas. Sé que lo pasaré mal escuchando cómo algunos individuos destrozan el universo de Lucas, pero podré soportarlo. Pero a lo que vamos, con tanta productividad en mente, me dije que debería darle una segunda oportunidad a una película que todo el mundo encumbra y yo no pude terminar; 2001: Space Odyssey . En efecto, no me gustó, pero si algo es maravilloso en esa película…es el espacio. Así que sin más, vamos a ver dos videos, el primero es de la película de Kubrick, el segundo, del tercer episodio de la saga de Lucas.




Maravillosos ambos dos. Lo que voy a hacer a continuación es comparar las dos escenas, diciendo qué hace mal la George Lucas y qué hace bien Stanley Kubrick. Pues sin más dilación, comencemos.

Lo primero que me gustaría comentar es el sonido. Si, el sonido es algo que a todos nos gusta en las películas ambientadas en el espacio, y más concretamente en las pelis de la guerra de las galaxias. Por supuesto que aquí no hablaremos de las bandas sonoras de las películas, eso no forma parte de la crítica, tan solo decir que ambas dos son muy buenas.

Pero lo interesante es el sonido de la escena, de la “acción”. En 2001, las escenas espaciales carecen de sonido, excepto el de la banda sonora. Esto no es un error de post-producción. Kubrick se preocupó de darle a su película un nivel de credibilidad lo mayor posible. Y como todo el mundo sabe en el espacio no hay materia, no puede transmitirse el sonido. Es lógico que cuando una lanzadera se acople a una estación espacial, desde el espacio no pueda escucharse dicho acople. Y como ese muchos ejemplos. Sin embargo, en la batalla entre el ejercito de la República y los droides separatistas, podemos escuchar multitud de sonidos; desde el rugido de los motores de los cazas jedi, pasando por los disparos de las naves, hasta las explosiones y los choques entre naves. Todo un despropósito.

Hablemos de otra cosa. Vemos en Star Wars una gran variedad de esquivas, picados y encabritados y muchas cosas más que llevan a cabo nuestros colegas Obi-Wan, Anakin y compañía, a lomo de sus cazas. Pues bien, no es que sea difícil hacer esos giros a tanta velocidad…es que es imposible hacerlos en el espacio. Me explico. Un caza harrier puede llevar a cabo todas esas virguerías por una simple razón: el rozamiento. Así pues el caza utiliza sus alerones, flaps, y demás elementos aerodinámicos para hacer que el aire haga variar el momento lineal del avión, y así este varíe su dirección. Sin embargo en el espacio no hay rozamiento, por lo tanto una nave no podría realizar esas maniobras. Para que una nave pudiese hacer esos movimientos debería tener propulsores en varios puntos de su superficie, no podría valerse de elementos aerodinámicos como en la película.

Por otro lado, vemos que en 2001 los movimientos de las naves son constantes, sin movimientos bruscos. Se comportan tal y como deben comportase las naves espaciales.


Por último hablaré un poquito de la gravedad. Es evidente que en el espacio no hay gravedad. En Star Wars cuando una nave es derribada, sin saber porque, cae. Quizás en este video se pueda justificar, ya que están muy cerca de Coruscant y puede que se vean afectados por la gravedad del planeta, pero en otras ocasiones esto no está tan claro. También vemos que dentro de las naves hay gravedad. En cualquier caso demos el beneficio de la duda a nuestro amigo George y vamos a creer que tienen “generadores de gravedad”.

Sin embargo, es interesante observar cómo en 2001 en el transbordador no hay gravedad. Y otro detalle es ver cómo la estación espacial, que tiene forma circular, gira sobre sí misma. Con esto se conseguiría generar una gravedad que no sería sino la fuerza centrípeta. Se podría generar una fuerza similar a la gravedad terrestre simplemente igualando las dos aceleraciones:

a=v^2/R=9.8=g

Si suponemos un radio aproximado de 500 metros, nos sale una velocidad aproximada de 70m/s. Esto supone que la estación tarda unos 45 segundos en dar una vuelta. En la película vemos que aproximadamente ese es el tiempo que tarda en completar un giro.


Creo que con esto nos podemos quedar más o menos a gusto por unos días. Espero que os haya gustado. Yo por mi parte prometo que intentaré volver a ver 2001, a ver si esta vez puedo acabarla.


No olviden supervitaminarse y mineralizarse.

martes, 18 de noviembre de 2008

FiCiFi 5: Ver por los oidos.

Saludos terrícolas. Perdón por el retraso, pero he teniod una serie de problemillas logísticos con el vídeo de abajo y no he podido subir la entrada antes. Espero que no haya ningún problema.
Mi entrada de hoy va a tratar sobre un concepto muy curioso. En concreto, en la película “La guerra de los mundos” (Byron Haskin-1953), vemos que los alienígenas tienen un sistema de visión cuanto menos peculiar: tres ojos, cada uno de un color diferente; a saber; rojo, verde, azul. Analizando detenidamente este sistema de visión, el científico guaperas de la peli, llega a la conclusión (solo Dios sabe cómo) de que estos marcianitos pueden oler los colores. Pues bien, ya que un compañero preguntó qué era eso, vamos a tratarlo un poco. Así pues, nos centraremos en la sinestesia de los marcianos. El término sinestesia viene del griego συν, 'junto', y αισθησία, 'sensación' supone la mezcla de impresiones de sentidos diferentes (Wikipedia). Esto puede presentarse afectando a diferentes sistemas sensitivos, por ejemplo, haciéndonos ver los sonidos, imaginarnos los números y letras de un determinado color, o como en el caso de los marcianitos, oliendo los colores. Pero ¿cómo aparece la sinestesia?


Lo primero de todo, hay que tener claro que las percepciones sinestésicas son reales, no son alucinaciones, y son específicas de cada persona. Por lo tanto, siendo una percepción real, debe tener una explicación científica. Hay quienes opinan que la sinestesia supone un cruce de cables en el cerebro. Veamos pues cómo se procesa la información a nivel neuronal, para comprender mejor este trastorno.



A través de los distintos órganos sensoriales, nuestros foto-receptores recogen los estímulos y los envían al sistema nervioso central (SNC) donde serán procesados. Se sabe que en nuestro cerebro hay áreas que se encargan de determinadas funciones, y se encuentran separadas entre si. Por lo tanto, la corteza visual se encarga del análisis de la información procedente de la vista, la corteza auditiva de los sonidos…etc.

Sin embargo, se sabe que desde estas áreas especializadas se envía información a otras zonas denominadas “asociativas”, donde se asocian diferentes modalidades sensitivas. Esto nos permite reconocer un mismo objeto utilizando distintos sentidos (por ejemplo, una persona que pierde la vista, asocia el tacto de una moneda con su imagen y así puede saber su valor).

Algunos científicos piensan que en los sinestésicos hay algún desorden en estas zonas de asociación, y a modo de cortocircuitos conectan unas zonas sensoriales con otros. Sin embargo se desconoce el lugar de esta conexión. Utilizando técnicas como la TEP (tomografía por emisión de positrones) se comprobaba que algunos sinestésicos, cuando escuchaban música mostraban actividad no sólo en las zonas de la corteza auditiva, sino también en la visual; algo que no ocurre en personas “sanas”. Algunas drogas, como el LSD, producen efectos sinestésicos en los consumidores.

---José Carlos Dávila; Profesor Titular del departamento de Biología Celular y Genética, Universidad de Málaga---


La verdad, no puedo presentaros ningún tipo de deducción matemática, porque sinceramente, esto está incluido en el campo de la psicobiología, pero es algo que me resultó muy interesante, y me pareció cuanto menos, curioso.


Espero que os haya aclarado un poco sobre el tema de la sinestesia. En la próxima entrada, intentaré hablar de la óptica de nuestros amiguitos marcianos, con sus tres ojos tan parecidos al simbolito de antena 3. Aquí os dejo con el inicio de un capítulo de House en el que una piloto de la NASA sufre un ataque de sinestesia. No se cómo de fiable será la forma de presentarnos el síntoma, pero nos podemos hacer una pequeña idea.



No olviden supervitaminarse y mineralizarse.

lunes, 17 de noviembre de 2008

FiCiFi 4: Cazando tormentas

Muy buenas . Estaba dale que dale pensando en un tema para hablar en el blog, y como no me venía ninguna idea a la cabeza, me puse a mirar las fotos que nos hacemos mi amigo Jorge y yo cuando nos vamos a hacer espeleología; esto es explorar cuevas. Fue en ese momento cuando se encendió la bombillita en mi cabeza. Casualmente una de las cuevas que exploramos tiene un lago subterráneo, y no es precisamente pequeño. Aunque no lo conseguimos encontrar, si que me dio una idea bastante guay para poder comenzar una entrada. Se trata de un fenómeno bastante curioso que ocurre en la película de “Viaje al centro de la Tierra”. Así que sin más dilación, comencemos a hablar de las “Tormentas Subterráneas”. Pues al lío.

Y es que en esta película, cuando nuestros amigos se montan en la barca que ellos mismos han construido, comienzan a moverse por el mar subterráneo. De esto no nos podemos quejar, porque hay lagos subterráneos. ¡Que no son tan grandes! pero son de todas formas. Pues casualmente, y como en toda película de aventuras que se precie, se meten de lleno en una tormenta inoportuna con rayos y todas estas cosas. Pues bien, intentaré a continuación explicar qué es y cómo se forma una tormenta, y luego pasaremos a preguntarnos si sería posible lo visto en la película.

Para empezar, las tormentas son fenómenos atmosféricos caracterizados por la existencia de dos masas de aire de diferente temperatura y que se encuentran próximas. Debido a esta diferencia de temperaturas, se produce el llamado efecto de convección; una de las formas de transferencia de energía caracterizada por el movimiento ascendente-descendente de fluidos a diferentes temperaturas. Aquí, el fluido a mayor temperatura, disminuye su densidad, por lo que asciende, desplazando hacia abajo el fluido con menor temperatura, que es más denso. Este es el funcionamiento básico de un sistema calefactor. Como consecuencia de este movimiento, se producen diferentes fenómenos, como por ejemplo la lluvia o los rayos.


Pues bien, para que una tormenta se forme son necesarias dos condiciones: la presencia de hielo en capas altas de la troposfera y una fuerte corriente ascendente de aire húmedo. No asustarse con el hielo a 12 Km de altitud. Esto es algo muy común, porque recordad que a esa altura la temperatura es de unos -50ºC. Como consecuencia de la convección de aire caliente y aire frío, se produce una separación de cargas dentro de la nube. Y puesto que en condiciones de tormenta el aire es húmedo, es el medio adecuado para la aparición de fenómenos eléctricos.


Así que a grandes rasgos, tenemos clara la formación de las tormentas. Podemos hacer un “inventario” de lo necesario para que se forme este fenómeno. En nuestra lista aparecería lo siguiente: masas de aire con un contraste de temperatura, hielo en la troposfera, ascensión a gran velocidad de masas de aire húmedo.


Ahora os invito a que hagáis un pequeño viaje con Jorge y con servidor. Poneos ropa vieja, porque vamos a explorar una cueva con lago subterráneo.
Durante el viajecito, podréis observar formaciones geológicas fascinantes, haréis rápeles no aptos para personas con vértigo, pues no en vano descendemos unos 100 metros bajo la montaña. Y finalmente, tras unas cuantas horas de exploración, llegamos al lago. Pues bien, aunque yo no haya estado en el lago gigante, si que he estado en otros subterráneos, y en ninguno vi tormentas. Es fácil comprender la razón. No podemos encontrar diferencias de temperaturas tan grandes como para que se produzcan movimientos de aire tan rápidos como para que se produzca la separación de cargas. A demás, la temperatura media de una cueva es de unos 10 grados. A esta temperatura no aparece hielo, más razón para que no haya rayos.

A demás vamos a tener en cuenta otro factor importante. En la película, en el momento en que los protagonistas se encuentran en el centro de la Tierra, se está produciendo un calentamiento. Si la temperatura es de unos 40 grados, dato que nos dan en la película, es imposible la formación de precipitaciones.

La conclusión es que las tormentas son fenómenos que se forman en unas circunstancias muy particulares. Son muy habituales, ya que las condiciones que se dan en la atmósfera así las favorecen, pero en cuanto tenemos un techo de caliza sobre nuestras cabezas, todas esas condiciones desaparecen. Y se me olvidaba un pequeño apunte. Las tormentas tienen de media unos 10Km de extensión, y no se conoce en el mundo ninguna cueva en la que haya salas de 100Km cuadrados. Por lo tanto, aunque espectaculares en el cine, las tormentas subterráneas vienen a ser algo bastante improbable, aunque nunca se sabe, quizás cerca del núcleo hay un aparato fabrica hielo que favorece ciertos fenómenos. Apliquemos aquello de “suspensión of disbelieve” .


Por esta vez, creo que nos conformaremos con esta breve explicación. Como curiosidad, fue Benjamin Franklin quien demostró que los rayos son descargas eléctricas.

No olviden supervitaminarse y mineralizarse.

sábado, 8 de noviembre de 2008

FiCiFi 3: Magneto

Hello there! Pues aquí estamos una vez más para hablar de la física de la ciencia ficción. Quizás esta vez me ha costado más decidirme sobre la temática del post, pero finalmente me he decidido por uno de los supervillanos más poderosos jamás plasmados en las páginas de un comic. Me refiero por supuesto a Erick Lenhser, más conocido como Magneto.



La historia de Magneto es una de mis favoritas dentro del Universo Marvel. Fue un prisionero en Auschwitz, donde se enamoró. Finalmente logró fugarse con su amada. Juntos tienen una hija, que muere en un incendio. Es en este momento donde Erick descubre su poder, y asesina a todos aquellos que impidieron que rescatase a su hija. Despues de dar a luz a dos gemelos, la mujer de Erick lo abandona. Durante unos años, trabajó en Israel en un hospital, donde se hizo íntimo amigo del profesor Charles Xavier. El odio de Magneto por la humanidad procede de su infancia, y aunque en un principio él y Xavier querían una alianza entre hombres y mutantes, pronto descubrió que tal cosa era imposible.
Pero lo que aun no hemos tratado es lo verdaderamente interesante de Magneto: sus poderes. Mucho se ha hablado de estos; se dice que puede volar, lanzar rayos, mover metales…pero todo esto se engloba en un solo poder: puede crear y alterar los campos electro-magnéticos que haya a su alrededor. Un poder nada despreciable, más teniendo en cuenta el mundo en que vivimos, rodeados de todo tipo de aparatos electrónicos. Pero ya algo más metidos en materia, y obviando lo imposible de su poder, vamos a intentar analizar alguna de las acciones más sorprendentes que llega a realizar nuestro amigo Magnus a lo largo de sus apariciones en los comics y en las películas. Pues al lío.




En primer lugar, me gustaría centrarme en los acontecimientos ocurridos en la tercera película de X-Men que apareció en cines: “La Decisión Final” A parte de ser para mi gusto una mierda, porque nada tiene que ver con el comic original, hay algo que a todo el mundo le resulta asombroso: Magneto utiliza su poder para llevar a sus compañeros mutantes hasta la prisión de Alcatraz. Y el medio de transporte que utiliza, no es otro que el puente de San Francisco. Una gesta solo digna de Erick Lenhser. Obviemos el hecho de que un puente no tiene carga eléctrica y de que, por tanto, un campo magnético no puede moverlo. Así pues, vamos a hacer algunas estimaciones.


El puente de San Francisco pesa alrededor de 22000 toneladas, casi nada. Así pues,¿ qué fuerza tiene que realizar Magneto con un campo magnético para poder mover semejante estructura? Es bien sencillo:





F=m*a =22000000Kg*9.8m/s^2=2156*10^5 Newton. Eso es una barbaridad, solo al alcance de unos pocos elegidos. Y está claro que Magnus es uno de ellos.


Pero como de campos magnéticos va la cosa, supongamos que el puente tiene la carga de un electrón, es decir, 1.6 x 10^-19 coulombios. Para calcular el campo magnético creado por nuestro supervillano hay que estimar una velocidad. Viendo el video, digamos que no es ni muy rápido ni muy lento, el puente se movería aproximadamente a unos 14m/s. Así y de acuerdo a la expresión F=qv*B, el campo magnético B creado por Magneto valdría 8 cuatrillones de Teslas. Y aquí es donde se aplicaría aquello de “Suspension of disbelieve”



Por otro lado, en el momento de mover el puente, Magneto se encuentra subido en el, por lo tanto, actuaría como una fuerza interna al sistema, y no produciría movimiento. Pero visto lo visto, igual eso es lo de menos.

Y ahora vayamos a algo más sencillito. Porque si Magneto puede levantar puentes, no tendrá ningún problema en parar las balas. Y es que de todos es sabido, que cuando a Magneto le disparan balas, no tiene problemas en desviar su trayectoria y hacer que impacten en sus adversarios. ¡Qué sádico es Magnus!

Veamos pues cómo funciona el asunto.
Si una bala pesa aproximadamente 55 gramos, y se mueven a una velocidad de 800m/s, la energía cinética de la bala es de 176*10^5 Julios
Veamos la aceleración de la bala. Ésta va en función de la longitud del cañón. Así, podemos calcular la aceleración de la siguiente manera:



Suponiendo una longitud aproximada de 50 cm, y sustituyendo en la ecuación de arriba, nos quedaría que la aceleración que experimenta la bala es de 640000 m/s ².
Calcular la fuerza del campo electromagnético de Magneto es sencillo. EL resultado es 35200 Newton.


Y volviendo a aplicar la fórmula del campo magnético, nos da un resultado de 275*10^17 Teslas. Algo más pequeño que el campo magnético necesario para mover un puente, pero sigue siendo un “pequeño” campo a tener en cuenta.


Y llegados a este punto, no tengo mucho más que decir, la verdad es que tampoco se me ocurre mucho, ando algo espesillo. Espero que con la física de Verne me vengan más ideas. Así pues, nos volvemos a ver en unos días.

No olviden supervitaminarse y mineralizarse.

domingo, 26 de octubre de 2008

FiCiFi 2:Si los hermanos Wright levantaran la cabeza...

Pues aquí estamos de nuevo, y esta vez gracias a la película "Los cuatro fantásticos y Silver Surfer".


Debido a que en el universo de los superhéroes hay una gran facilidad para violar las leyes de la física, y a que nuestro profe Sergio nos ha pedido que aceptemos ciertas licencias, me estaba costando bastante decidir sobre qué hablar en esta entrada. Y de repente, me vino a la cabeza una vida pasada...aquella en la que yo estaba matriculado en Ingeniería Aeronáutica. Y todo cobró sentido. Porque si de algo me acuerdo, es del perfil de un ala, y la tabla de Silver Surfer ni sustenta ni leches. Así que de una forma sencilla, vamos a vencer a Silver Surfer, sin la necesidad de utilizar un cañón desintegrador. Y de paso igual alguien descubre cómo vuelan los aviones. ¡Pues al lio!!

Vamos a comenzar hablando de la Teoría de Bernoulli. Bernoulli relaciona el aumento de la velocidad del flujo del fluido con la disminución de presión y viceversa.
Esto aplicado a la aerodinámica se entiende de la siguiente manera.



En el dibujo, la V3 es mayor que la V2. Según el teorema de Bernoulli, las dos corrientes de aire en las que se divide la corriente que impacta con el borde de ataque del perfil aerodinámico,
se encontrarán en un mismo punto tras el ala. Por ello la velocidad del perfil superior es mayor que la del inferior. Esta diferencia de presión provoca que por encima se origine un área de bajar presiones, y una de altas presiones por debajo.

La Fuerza resultante recibe el nombre de Sustentación o "lift". Si la velocidad del aire es lo suficientemente grande para provocar una sustentación mayor que el peso del avión, este se eleva.

Esta es la teoría básica y la más aceptada para explicar el vuelo de un avión, si bien es cierto que hay otra teoría que explicaría el vuelo a velocidades hipersónicas (5 veces más rápido que el sonido) y en densidades de aire muy bajar, es decir, aplicado al vuelo de transbordadores espaciales.

Esta ha sido una pequeña lección sobre sustentación y vuelo de aviones. Pero si miramos fijamente la tabla de nuestro plateado amigo, veremos en nada se parece al ala de un avión.
De hecho, la idea original es una tabla de surf.


Y bien, el funcionamiento básico de una tabla de surf es simple y llanamente un trozo de madera que flota sobre el agua. Ni más ni menos. Las quillas que suelen tener en la parte trasera sirven para evitar que se derrape al tomar las olas. Pero en ningún caso una tabla de surf podría volar por el aire, a no ser que le pusiésemos un motor, alas, flaps y demás elementos sustentadores; y esto no sería una tabla de surf. Ya sé que hay que aplicar un poco aquello de "Ciencia Ficción", pero por mucho que Silver Surfer pueda propulsarse con su tabla, la tabla solo podría ir a un sitio: hacia abajo.

Por supuesto, toda esta explicación podría hacerse mucho más técnica, pero recordemos que un estudiante frustrado de aeronáutica no puede aspirar a mucho más, o al menos, no lo intenta por razones obvias.

Por esta semana, creo que ha sido suficiente. Hasta la próxima, y no olviden supervitaminarse y mineralizarse.

domingo, 19 de octubre de 2008

FICIFI 1: ¡Qué grande es ser gigante!

Hola a todos. A todos los que se dignen en leer este blog. En esta primera entrada dedicada a la asignatura “física en la ciencia ficción” me voy a dedicar, y para no complicarme demasiado por el momento, a llevar a cabo un análisis similar al realizado en clase con King Kong, pero aquí dedicado a Godzilla. Espero que os parezca entretenido. Yo por mi parte, procuraré hacerlo de la forma más correcta posible, dados mis antecedentes, aunque seguro que iré mejorando post a post. Así que al lío.



Para empezar, vayamos al inicio de todo. Me voy a centrar en el Godzilla de 1998, puesto que es la versión del monstruo que más reciente tengo. En esta, y a diferencia de las entregas originales japonesas, Godzilla tiene su origen en un dragón de Komodo que ve alterado su ¿ADN? tras unas pruebas nucleares que los franceses realizaron en el Pacífico Sur. Esto difiere ligeramente de la versión japonesa, donde Godzilla era un monstruo marino prehistórico que adquirió ciertas características gracias a un programa nuclear americano. Pero para este caso nos sirve mejor el espécimen de la película de Roland Emmerich. Sabemos que su origen es un dragón de Komodo, el saurio de mayor tamaño en el mundo.

Algunos datos sobre esta criatura que nos servirán para el análisis son los siguientes:
-longitud total: 2.5 metros
-peso: 110 Kg.


A la vez he hecho una estimación acerca de su fuera relativa, que he fijado en 2.5 veces su peso. En este caso, un dragón de Komodo estándar podría llegar a soportar 275 Kg. Así pues comencemos a divagar.


La fuerza relativa es el cociente entre el peso que es capaz de soportar un animal y su peso. Este cociente es inversamente proporcional al tamaño del animal. Quiere esto decir que dos animales idénticos en proporciones, pero diferentes en tamaños, serían muy diferentes en cuanto a su fuerza relativa. De esta forma el animal grande sería más débil que el pequeño. Y esto nos lleva al siguiente ejemplo.

Imaginemos un dragón de Komodo. Su medidas serían las arriba citadas. Ahora, y provistos de nuestra máquina “agranda cuerpos” vamos a agrandarlo hasta el doble de su tamaño, es decir, llegará a medir 5 metros. Con unos cálculos sencillos hallaremos su masa y su fuerza
Según la ley de la escala, el volumen aumenta de forma cúbica. Y como nuestra máquina es muy sofisticada, al agrandar el dragón conserva su densidad de dragón. Por lo tanto, si el animal tiene una longitud 3 veces mayor:

. Volumen final=Volumen inicial*factor de agrandamiento ^3

Puesto que se conserva su densidad, su masa también debe aumentar en esa proporción. Si el dragón original pesaba 110 Kg. el dragón aumentado pesará:

110*2^3=880 Kg

Este dragón será capaz de levantar un peso que se calcula de la siguiente manera:

Fuerza del dragón=(2.5/2)*880=110Kg.


Vamos ahora a hacer lo mismo, pero esta vez con un dragón de Komodo de 7,5 metros, es decir, 3 veces más grande:

.Masa=110*3^3=2970 Kg.

.Fuerza=(2.5/3)*2971=2475 Kg

Vemos que un dragón de Komodo que fuese 3 veces más grande de lo normal no podría aguantar ni su propio peso.


Pero hablemos ahora de Godzilla. En la película de 1998 tiene una longitud aproximada de 220 metros de la cabeza a la cola. Esto es 88 veces más grande que un dragón de Komodo. Por tanto, y haciendo cálculos rápidos, su masa es 74961920 Kg. Como es un número un poco feo, vamos a dejarlo en unas míseras 74000 toneladas. Nada que ver con las 600 toneladas de las que se habla en diversas páginas web. No me voy a meter en temas como de qué se alimenta o dónde caga, porque no soy experto en metabolismo animal, pero solo se me ocurre una expresión: ¡menudo montón de mierda!


Pero un dato más curioso, es que, haciendo una simple operación, descubrimos que los músculos y los huesos de este pobre e indefenso animal, no pueden soportar las 851 toneladas, que es aproximadamente, lo que debe pesar el anteriormente nombrado sistema excretor. En resumidas cuentas, que si algún día Godzilla ataca Oviedo…bueno, no podría moverse, así que no puede llegar.


No me quiero entretener mucho más, que ya llevo un buen rato escribiendo, pero voy a hacer un pequeño apunte acerca de los alaridos del lagarto inmóvil. En las películas, cada vez que Godzilla da un alarido, emite un sonido altamente agudo. Pues bien, de todos es sabido, y sino ahí va, que cuanto más grande es el animal, más grave es su tono de voz. Esto es debido a que la frecuencia de vibración de las cuerdas vocales es inversamente proporcional al cuadrado de su superficie. Rápidamente, aceptamos como buena la hipótesis de que un dragón de Komodo tiene una frecuencia de unos 90 Hz, Godzilla tendría lo siguiente:

.υ=90/88^2=0.011 Hz.

Y esto amigos míos, es algo inaudible para los humanos, y seguramente para cualquier ser vivo del planeta.


Con todo esto, me despido por hoy. La semana que viene más, y espero que mejor.
No olviden supervitaminarse y mineralizarse.

miércoles, 8 de octubre de 2008

Presentación

Saludos humanos. Me llamo Daniel HIdalgo y estudio segundo de psicología en la facultad de Oviedo. A lo largo de este primer cuatrimestre dedicaré el blog a la asignatura Fisica en la Ciencia Ficción.

En sucesivas entradas iré comentando anecdotas acerca de películas de ciencia ficción, comentando por ejemplo, porque Godzilla es un ser imposible. Intentaré hacerlo lo mejor y más cientificamente posible, pero siempre teniendo en cuenta que no soy físico, así que quizás mis observaciones se vean algo carentes de la rigurosa visión matemática.

En fin, que nos iremos viendo poco a poco. No olviden supervitaminarse y mineralizarse