lunes, 17 de noviembre de 2008

FiCiFi 4: Cazando tormentas

Muy buenas . Estaba dale que dale pensando en un tema para hablar en el blog, y como no me venía ninguna idea a la cabeza, me puse a mirar las fotos que nos hacemos mi amigo Jorge y yo cuando nos vamos a hacer espeleología; esto es explorar cuevas. Fue en ese momento cuando se encendió la bombillita en mi cabeza. Casualmente una de las cuevas que exploramos tiene un lago subterráneo, y no es precisamente pequeño. Aunque no lo conseguimos encontrar, si que me dio una idea bastante guay para poder comenzar una entrada. Se trata de un fenómeno bastante curioso que ocurre en la película de “Viaje al centro de la Tierra”. Así que sin más dilación, comencemos a hablar de las “Tormentas Subterráneas”. Pues al lío.

Y es que en esta película, cuando nuestros amigos se montan en la barca que ellos mismos han construido, comienzan a moverse por el mar subterráneo. De esto no nos podemos quejar, porque hay lagos subterráneos. ¡Que no son tan grandes! pero son de todas formas. Pues casualmente, y como en toda película de aventuras que se precie, se meten de lleno en una tormenta inoportuna con rayos y todas estas cosas. Pues bien, intentaré a continuación explicar qué es y cómo se forma una tormenta, y luego pasaremos a preguntarnos si sería posible lo visto en la película.

Para empezar, las tormentas son fenómenos atmosféricos caracterizados por la existencia de dos masas de aire de diferente temperatura y que se encuentran próximas. Debido a esta diferencia de temperaturas, se produce el llamado efecto de convección; una de las formas de transferencia de energía caracterizada por el movimiento ascendente-descendente de fluidos a diferentes temperaturas. Aquí, el fluido a mayor temperatura, disminuye su densidad, por lo que asciende, desplazando hacia abajo el fluido con menor temperatura, que es más denso. Este es el funcionamiento básico de un sistema calefactor. Como consecuencia de este movimiento, se producen diferentes fenómenos, como por ejemplo la lluvia o los rayos.


Pues bien, para que una tormenta se forme son necesarias dos condiciones: la presencia de hielo en capas altas de la troposfera y una fuerte corriente ascendente de aire húmedo. No asustarse con el hielo a 12 Km de altitud. Esto es algo muy común, porque recordad que a esa altura la temperatura es de unos -50ºC. Como consecuencia de la convección de aire caliente y aire frío, se produce una separación de cargas dentro de la nube. Y puesto que en condiciones de tormenta el aire es húmedo, es el medio adecuado para la aparición de fenómenos eléctricos.


Así que a grandes rasgos, tenemos clara la formación de las tormentas. Podemos hacer un “inventario” de lo necesario para que se forme este fenómeno. En nuestra lista aparecería lo siguiente: masas de aire con un contraste de temperatura, hielo en la troposfera, ascensión a gran velocidad de masas de aire húmedo.


Ahora os invito a que hagáis un pequeño viaje con Jorge y con servidor. Poneos ropa vieja, porque vamos a explorar una cueva con lago subterráneo.
Durante el viajecito, podréis observar formaciones geológicas fascinantes, haréis rápeles no aptos para personas con vértigo, pues no en vano descendemos unos 100 metros bajo la montaña. Y finalmente, tras unas cuantas horas de exploración, llegamos al lago. Pues bien, aunque yo no haya estado en el lago gigante, si que he estado en otros subterráneos, y en ninguno vi tormentas. Es fácil comprender la razón. No podemos encontrar diferencias de temperaturas tan grandes como para que se produzcan movimientos de aire tan rápidos como para que se produzca la separación de cargas. A demás, la temperatura media de una cueva es de unos 10 grados. A esta temperatura no aparece hielo, más razón para que no haya rayos.

A demás vamos a tener en cuenta otro factor importante. En la película, en el momento en que los protagonistas se encuentran en el centro de la Tierra, se está produciendo un calentamiento. Si la temperatura es de unos 40 grados, dato que nos dan en la película, es imposible la formación de precipitaciones.

La conclusión es que las tormentas son fenómenos que se forman en unas circunstancias muy particulares. Son muy habituales, ya que las condiciones que se dan en la atmósfera así las favorecen, pero en cuanto tenemos un techo de caliza sobre nuestras cabezas, todas esas condiciones desaparecen. Y se me olvidaba un pequeño apunte. Las tormentas tienen de media unos 10Km de extensión, y no se conoce en el mundo ninguna cueva en la que haya salas de 100Km cuadrados. Por lo tanto, aunque espectaculares en el cine, las tormentas subterráneas vienen a ser algo bastante improbable, aunque nunca se sabe, quizás cerca del núcleo hay un aparato fabrica hielo que favorece ciertos fenómenos. Apliquemos aquello de “suspensión of disbelieve” .


Por esta vez, creo que nos conformaremos con esta breve explicación. Como curiosidad, fue Benjamin Franklin quien demostró que los rayos son descargas eléctricas.

No olviden supervitaminarse y mineralizarse.

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